¿QUIÉN ANDA AHÍ, FORASTERO?

Hace años, en el Lejano Oeste, tuvo lugar un acontecimiento extraordinario, algo fuera de lo normal. Desde hacía un tiempo, venían siendo frecuentes los robos en tierras zufarienses… nadie sabía cómo acabar con ellos… la población estaba desolada…

Sin embargo, el Sheriff de la zona sabía muy bien cuál era la solución; pero, al tratarse de algo demasiado arriesgado, necesitaba mucha concentración y un severo entrenamiento. Así que una tarde, alertado por unos vecinos del poblado, conoció la noticia de que había un carruaje sospechoso merodeando por sus fincas… Y no dudó en poner cartas en el asunto.

-¿Quién anda ahí, forastero?- gritaba enfadado el sheriff.- ¡Vamos, sal de ahí si eres lo suficientemente hombre!

Pero nadie respondía…nada extraño había por la finca… así que decidió comenzar allí su duro entrenamiento. Cogió su arma y empezó a disparar para mejorar su puntería, pero era algo complicado… Nadie sabía muy bien cómo había llegado hasta tal puesto, se dice que por presiones familiares, pero es algo que siempre ha quedado en el aire…

Allí estaba el sheriff, pensando que cada tiro con su rifle daba directamente a uno de esos forajidos que estaban infestando  las tierras de su pueblo. Disparando torpemente una y otra vez aquel arma que la cargaba el diablo. Sí, y digo bien, la cargó el diablo.

La explicación no está muy clara pero dicen las malas lenguas que su inexperiencia y su torpeza, hicieron que uno de esos disparos fuese directamente a su pie.

-¡Noooooo!- gritó el sheriff entre el olor a humo y pólvora.

La sangre empezó a bullir de su pie y todo se tiñó de rojo.

-          ¡Las armas las carga el diablo!- replicaba una y otra vez el sheriff.

Lo que es sheriff no lograba entender es que ese no era el momento ni el lugar para comenzar su peligroso entrenamiento. Lo que el sheriff no sabía era que, por mucho poder que creyese tener en esas tierras, nunca debía haberse tomado la justicia por su cuenta…

THE END