A por la 3ª

A por la 3ª

domingo, 6 de marzo de 2011

De lo que Sancho Panza hizo cuando se enteró de cómo se las gastaban los señores de la Ínsula Zuerataria.

En tanto que el mayordomo decía esto a Sancho, estaba él mirando unas grandes y muchas letras que en la pared frontera de su silla estaban escritas, y como él no sabía leer, preguntó que qué eran aquellas pinturas que en aquella pared estaban. Fuele respondido:
—Señor, allí está escrito y notado el día en que vuestra señoría tomó posesión desta Ínsula Zuerataria, y dice el epitafio : «Hoy día, a tantos de tal mes y de tal año, tomó la posesión desta ínsula el señor don Sancho Panza, que muchos años la goce».
-       ¿Y por qué no aparece sino la cuantía que yo debo aportar a estas arcas municipales?
-       No, valeroso Sancho Panza, esas cuantías en mejor que no aparezcan escritas en ningún lugar de esta notable villa…
-       Sancho, no hagas caso a tales engaños… ¿no te das cuenta que esa obra benéfica no es sino para agrandar sus riquezas? ¿Cómo sino han de poder tener tantas tierras?- Dijo Don Quijote a su lacayo.- Esto no es más que un engaño.. ¡Marchémonos a otra parte!
-       Nada de eso, pagaré lo que me pidan y gobernaré esta ínsula como nunca nadie lo ha hecho y gozaré de esta posesión hasta que la edad me haga desaparecer de este mundo.
Y allí quedó el buen Sancho Panza, en tierras de los Miguelicos; en tanto, Don Quijote decidió ir a conocer aquellas maravillosas historias que de aquellos nobles había oído en tierras de Castilla.
A este instante entraron en el juzgado una mujer asida fuertemente de un hombre vestido de ganadero rico, la cual venía dando grandes voces, diciendo:
—¡Justicia, señor gobernador, justicia, y si no la hallo en la tierra, la iré a buscar al cielo! Señor gobernador de mi ánima, este mal hombre me ha cogido en la mitad dese campo y me ha pedido una cantidad de dineros que yo no tengo. ¡desdichada de mí!, me ha llevado lo que yo tenía guardado más de veinte y tres años ha, conseguido trabajando de noche y de día… Y todo por haber entrado en las lindes de las tierras de nuestros señores Miguelicos.
A esto, Sancho, que era menos inepto que lo que aparentaba, dijo:
-       ¿Cómo es esto posible, buena mujer? Si estos duques son las personas más amables de la villa…
-       Y eso no lo pondré en duda porque no los conozco en persona… lo que sí le puedo asegurar, buen gobernador, es que debemos pagar cuantías que suman más que lo que ganamos en una cosecha y. únicamente, para que se beneficien nuestros señores… Mire, sino el gran molino…
-       Y cierto es que un gran aerogenerador se encuentra en las lindes de estas tierras… ¿y qué pasó con él?
-       Mi señor Don Sancho Panza, estas tierras hubieran tenido ganancias y todos los que aquí vivimos gozaríamos de una mejor vida si aquel enorme molino hubiese sido puesto en tierras vecinales y no en aquellas que las escrituras confirman de los nobles de esta Ínsula Zuerataria…
Sancho Panza recordó entonces las palabras de su señor Don Quijote y, con gran susto en el cuerpo, decidió dejar ese cargo y buscar a aquel que lo había resguardado durante todo el camino… No quería ser el gobernante de aquella ínsula que de corrupción y aprovechamientos propios estaba llena…

CONTINUARÁ…

No hay comentarios:

Publicar un comentario